Atajos Literalistas
Pregunta:
―El inherente supremacismo social, que se ha ido incubado en el progreso material, predispone a asumir que disponemos de ciertos “privilegios”, que otras culturas no tienen ni han tenido. Esta posición de superioridad ha aumentado en la misma medida en que hemos ido perdiendo el contacto con nuestro origen.
La pretensión de acceder a la esencia Sagrada y domesticarla, para adaptarla a nuestras comodidades e imaginaciones, nos subyace. Estas imposturas, delatan intenciones egocéntricas que suelen pasar desapercibidas, bajo el humo de un misticismo auto-gratificante.
En occidente tenemos una larga lista de precedentes, en donde se nos han ofrecido una serie de “atajos” para “privilegiados”. Posteriormente hemos visto cómo estos “atajos” sólo han sido un señuelo para engatusar a nuestras mentes infantilizadas. ¿Cómo podríamos discriminar, entre estos “atajos” y una ruta auténtica? ¿Cómo podríamos evitar caer en un astuto engaño mental?
Respuesta:
―Las diferentes tradiciones han sido elaboradas para cultivar las virtudes que se requieren para despertar. Para ello han desarrollado los más diversos lenguajes y métodos, que han sido útiles para muchos.
Tengamos en cuenta que, estas tradiciones espirituales, son como puentes, que cruzan desde los márgenes de la mente despierta hasta los márgenes ensoñados de la mente ordinaria. Pero, los márgenes de oriente, puede que tengan poco que ver, con los márgenes del literalismo occidental.
Quienes quieran enriquecerse de los beneficios de otras tradiciones, deberán ser capaces de construir los escalones que separan, su singular posición, de la de aquellos para los que fueron elaboradas.
Estas tradiciones son, sin duda, una gran herencia. Su sabiduría ha sido un gran refugio espiritual, para quienes han sabido apartarse de las astucias emulativas, accediendo a una mayor inocencia (inherente en culturas menos depredativas).
Si se observan en profundidad, descubriremos que no hay una verdadera contradicción, entre la esencia de las tradiciones orientales y occidentales. Ambas sólo son diferentes formas de señalar lo mismo.
La diversidad de formas confunde al literalista, pero enriquece al esencialista. Éste sabe postrarse ante la esencia sagrada del Ser, sin confundirse con Sus ropajes, cuya variedad de lenguajes expresa la grandiosidad de Su riqueza.
Hay infinitas formas de referirse al despertar, pero únicamente aquél que realmente quiere despertar, sabrá ir descubriendo, en su interior, el terreno señalado por las palabras. De esta forma podrá encontrar la inspiración que le permitirá encarar una profunda y real transición desde la forma hasta la esencia.
Las tradiciones contaminadas por el literalismo, suelen quedarse atrapadas en los andamiajes de sus puentes, ignorando que el objetivo de un puente es permitir cruzar a la otra orilla, y no el puente mismo.
En esta ignorancia, el literalismo místico, suele proponer recorridos laberínticos, que finalmente acaba dejándonos de vuelta en la orilla inicial, tras haber pagado un alto peaje, en tiempo y energía.
Aquéllos cuya nobleza se lo permite, pueden atravesar esa literalidad y (sabiendo leer las indicaciones que señalan las palabras) dedicarse a encontrar lo señalado. Pero esta literalidad no es fácil de vencer, si antes no se descubre el sistema de fijación emocional, que encadena a la conciencia con sus temores. Algo que requiere de un gran coraje y sinceridad.
Por esta razón, antes es necesario provocar y cultivar las reflexiones que estimulen un desamarre del sistema de fijación emocional, sobre el que se ha engrandecido el literalismo materialista. Un literalismo que permite someter a los seres inmaduros, encaminándolos hacia la alienación de su naturaleza.
Cuando se inicia un verdadero proceso natural hacia el despertar, comienzan a mostrarse gradualmente los pasos a realizar, sutil y delicadamente.
Cualquier forzamiento, o precipitación, es artificioso, y está condenado al fracaso.
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Marsias Yana
Extraído del libro “El Engaño Subyacente”