Ha sido dicho que la auténtica poesía debe estar dotada de una especial rebeldía (capaz de subvertir aquello que aprisiona) y de un cierto coraje (necesario para vencer el sopor del acobardamiento).

No obstante, debo añadir que: previamente se requiere de un singular delirio, provocado por la embriaguez del licor que fluye desde la más íntima de las pasiones. Siendo esta intimidad, sin duda, un espacio secreto, compartido por aquellos que se han atrevido a arrojarse a la esencia de su ser.

Aquí se muestran (entre otros) algunos poemas de juventud, que el paso del tiempo ha querido respetar. Y es aquí también, donde ese pudor, mencionado en los inicios, adquiere todo su sentido.

Marsias Yana