La Bifurcación
La Bifurcación fue creada junto con “Evocación”, formando, en su origen, un sólo libro. Ambas obras conservan, por tanto, un estilo semejante.
Esta narración comienza describiendo la vida cotidiana y hogareña del autor, quien conversa con sus amigos de las vicisitudes involucradas en su proceso introspectivo. Estas conversaciones darán pie a reflexiones que centrarán la atención de los interlocutores, involucrándoles en un diálogo inusual.
En la segunda parte, el autor narra su último viaje a la India, en donde conoce a Mukta, un poeta indio (erudito en la gnosis cristiana), que le invita a trasladar su residencia a Arunachala. Ambos comparten una original reflexión sobre el arquetipo Krishto-Krishna:
“Cuando hablamos de la Fuerza Crística y de la Conciencia Universal de Krishna, estamos, indudablemente, hablando de lo mismo.
Un Krishna occidental, guía de kshatryas (guerreros puros), inspirador del espíritu heroico y épico, sería incompatible con los planes depredativos y globalizadores de la actual mentalidad literalista, cuyo fariseísmo ha tergiversado, confundiendo a ingenuos y amedrentados.
Evidentemente, ese ilusionismo demagógico, que se ha ido infiltrando en la mente contemporánea, hasta hacer cómplice de ello al ciudadano, no habría podido desarrollarse, si hubiese prevalecido el arquetipo de Cristo”.
También se encuentra con Baba ji, un guru de Malasia, con quien comparte su comprensión de la situación psíquica de occidente. Un día le dijo:
“Sin Vichara[1] no existe realización, solo Maya[2] –afirmó Baba ji, añadiendo–. Vichara debe ser priorizado sobre cualquiera de nuestros deseos o rechazos, para poder desarrollar plenamente su potencial.
La indagación trascendente –pensé– solo puede surgir cuando el victimismo, la exculpación y el miedo, hayan sido objetivados, y la conciencia, dotada del suficiente coraje, haya decidido conocer las verdaderas y primarias causas del sufrimiento. Esto únicamente podrá suceder cuando, en la esencia del ser, se despierte un profundo y fervoroso anhelo por volver al origen“
Finalmente narra su encuentro con Govinda, un monje errante, que le lanzará a una serie de profundas reflexiones. Una tarde le dijo:
“Solo existe una Esencia, desde la que emana todo. Esa Esencia (cuando se proyecta) genera dioses, que crean mundos. En esos mundos surgen seres. Estos seres (según la cualidad de su acercamiento o alejamiento de su origen) se jerarquizan en diferentes reinos. Ya sean como espíritus, como animales o como humanos.
Esta jerarquía está determinada por la luminosidad o claridad de su conciencia. Es la conciencia lo que espontáneamente clasifica a los seres y establece la singularidad de su entorno.
Solo aquellos que pueden reconocer la jerarquía natural de la conciencia y posicionarse correctamente en ella, pueden beneficiarse de la sabiduría de los sabios.”
Macario
[1] Vichara es el término sánscrito que se emplea para designar a la indagación profunda o trascendente. Aquella que apunta directamente al Ser, a la búsqueda de la verdadera entidad. [2] Maya es el término con el que se designa al mundo ilusorio de las apariencias, en donde los seres quedan atrapados en un eterno bucle cerrado, siendo víctimas de emociones destructivas que determinan su eventual experiencia infernal.