Intelecto y Esencia
Ha sido dicho, desde las más sabias tradiciones, que nacer con un cuerpo humano es un gran privilegio.
La Corona de la Creación, la Puerta hacia la Liberación, la Isla de Joyas…, son algunas de las imágenes empleadas en el cristianismo, el hinduismo y el budismo, para señalar la importancia de disponer de la oportunidad de tener un cuerpo humano. Se dice que es deseado incluso por los dioses (según algunos linajes budistas e hinduistas).
Pero, ¿qué es lo que tiene el cuerpo humano? ¿Qué es lo que lo diferencia del resto de los animales, para que sea alabado de esta forma?
Hay quienes consideran que ese privilegio reside en su facultad para elaborar lenguajes, capaces de matizar lo que siente y discriminar lo que percibe.
Esta capacidad que tiene la palabra, solo puede surgir de un tipo de intelecto, capaz de darle vida, y que parece estar ausente en los otros seres de la naturaleza.
A este intelecto, que sostiene el lenguaje, los antiguos griegos también le llamaron Logos.
El evangelio original de San Juan fue escrito en griego, se refería a ese Logos de esta forma: “En el principio era el Logos (traducido posteriormente al latín, en la Vulgata, como Verbum o Verbo), y el Logos estaba con Dios, el Logos era Dios”.
Siendo considerado como un sinónimo de Logos, para los antiguos cristianos, el intelecto fue altamente dignificado. Viéndoselo imbricado con lo Sagrado.
Evagrio Póntico (uno de los Padres del Desierto, incluidos en la Filocalia), en el siglo IV, habló extensamente del intelecto y la inteligencia, refiriéndose de esta forma: “La purificación del alma, por la plenitud de las virtudes, hace inquebrantable la actitud de la inteligencia y la hace apta para recibir el estado que se busca” . “Procuremos que la inteligencia no se detenga en pensamientos banales, no sea que por ello no alcance el «lugar del corazón», pues podría perderse en la contemplación de los objetos y razonar sobre ellos…”
Por otro lado, en la filosofía budista tibetana (al igual que en la antigua Grecia), la lógica es una asignatura básica, incluso en la etapa escolar , siendo ésta la base para el análisis, que es a su vez esencial en el cultivo de la sabiduría, sin la cual es imposible alcanzar cualquier logro interior.
Las tradiciones solares de todas las latitudes, hablan de la importancia de la sabiduría, del praña, del gnana, de sofía, del logos o de la gnosis (sinónimos de Logos), para poder liberarse del engaño de las apariencias. Esto era fácilmente comprendido, ya que se sabía que la fijación en las apariencias es lo que confunde a la conciencia, al provocar agarre y miedo.