Los Caballeros

En el capítulo de Los Caballeros, del libro Evocación, se narran los antecedentes y el surgimiento de la Orden de Los Caballeros de la Gnosis Originaria Occidental.
Este surgimiento está impregnado de simbolismo, evidentemente. No olvidemos que la realidad sólo puede ser señalizada simbólicamente. Cualquier intento de describirla fracasaría, dada su naturaleza inaprensible.

Sé que, actualmente, los vientos soplan en otra dirección. También sé que estos planteamientos no complacerán esa compulsiva necesidad de describir, literalmente, aquello que pretende presentarse como verdadero. Pero este obstáculo es el gran drama con el que se deberá enfrentar quien pretenda atravesar el río cenagoso y turbulento del literalismo. Un río en cuyo caudal naufragan aquellos que se han encerrado en un paradigma materialista. Un caudal al que, irreflexivamente, se han arrojado, siendo ahora empujados por su corriente.

La principal dificultad para esta travesía interiorizadora, se debe a la actual fijación conceptual con las apariencias. Una fijación realmente extraña, si la observásemos desde una perspectiva histórica.

Hoy nos hemos olvidado que para permear en lo mitológico se requiere de un corazón noble, dotado de ciertas cualidades, que lamentablemente están en desuso. Sin éstas, sólo podemos elaborar un sofisticado tinglado conceptual, para el engrandecimiento de nuestra vanidad.  

Cuando se cultivan estas cualidades,  se inicia un proceso que consolida el coraje y la sinceridad. Pero no es un proceso que se pueda adquirir por el simple hecho de desearlo. Se requiere de una ardua labor y de un cultivo tenaz, antes de ver brotar las primeras semillas.

Aquellos que se dedican a esta tarea, se ven envueltos en procesos inenarrables. Por esto, siempre se ha recurrido al uso de un lenguaje mitológico, para poder evocar esos sentires e ilustrar estas intimidades.

El término caballero, en este contexto, se refiere a aquellos que, habiendo iniciado un serio contacto con sus subyacencias e impactados por el escenario de engaño sobre el que habían construido sus vidas, deciden lanzarse a una lucha épica. Una lucha legendaria, capaz de liberarles del engaño y de su cobardía.

De este capítulo se extraen frases como:

“La verdadera batalla
Entre la mentira y la verdad
Está sucediendo,
Desde tiempo inmemorial,
En los insondables abismos
Tras los que reside
La esencia del corazón humano.

Allí combaten heroicamente,
Contra las astucias del engaño,
Ajenos a toda vanidad,
Sin miedo ni culpa,
Con las poderosas armas
De la compasión indagativa,
Envueltos por la belleza sobrecogedora
Con que los dioses saben engalanar
A sus amantes,
Los de valerosa estirpe.

Ha sido proclamado
Por la eterna sabiduría inmanente
Que cuando esa batalla se resuelva
El torrente de obviedades que brotará,
Será incontenible,
Convocando apasionadamente
A aquellos que hayan sabido conservar,
Bajo el rescoldo de su mirada introspectiva,
Su fidelidad y su sinceridad genuinas.

Ellos serán entonces dirigidos
Hacia donde se ocultan
Las infiltradas contaminaciones,
Que la afectación del deseo y el rechazo,
Provocan en la conciencia,
Así será puesta a prueba
La valía de su realidad interior
Y su nobleza será purificada.”

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Marsias Yana